martes, 9 de agosto de 2011

La crisis y sus efectos: Londres 2011


Es agosto, un largo mes que en los periódicos se vive como si fuera un largo lunes. La información escasea y hay que echar mano de cualquier desastre natural, inflar algún escándalo o darle vuelo a la información deportiva para lograr vender ejemplares.

Estos días las páginas de los diarios se cubren con las protestas en los suburbios de Londres. La cobertura es, como siempre en estos casos, muy particular. Leo por ejemplo que David Cameron dice que sería ridículo relacionar estos brotes de violencia con los drásticos recortes al presupuesto que se vienen realizando desde que él asumió el gobierno. En la mente de un conservador como Cameron se trata en este caso de "violencia pura y simple". Para quienes piensan de esta forma, hay buenas razones para dejar de lado las consecuencias que la crisis bancaria internacional tiene sobre las mayorías: es mejor no preguntarse, ni cuestionarse por qué un grupo grande de gente decide salir de sus casas a quemar autos, o apedrear a la policía. Para la mentalidad de alguien de derecha, las condiciones en las que la gente vive no tienen nada que ver con su comportamiento. En este caso se trata de violencia "simple y pura"; se diría que sucede por generación espontánea.

No doy por sentado que los dos fenómenos (crisis económica mundial y disturbios callejeros) estén necesariamente relacionados. Pero al menos, habría que plantear las preguntas de forma correcta para llegar a una explicación sensata y verdadera. La cobertura de los medios no es que ayude mucho. Estamos acostumbrados a que de este tipo de acontecimientos nos llegue solamente su parte más escandalosa y espectacular: los coches que arden, los saqueadores que vacían una tienda, un policía que recibe una pedrada. Y por eso, es fácil procesar y olvidar lo sucedido como "violencia simple y pura", y aceptar que las cosas suceden porque sí.

(Foto: Chris Jackson Getty images, tomada de elpaís.com)





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