jueves, 13 de octubre de 2011

Ganar al contragolpe

Se juegan las eliminatorias del Mundial 2014 en Sudamérica. Colombia visita a Bolivia y nunca ha ganado en La Paz. Pese a haber jugado mejor el visitante, el partido va empatado a uno y parece que así va a acabar porque ya casi no queda tiempo en el reloj. Pero luego ocurre que un saque de banda a favor de los bolivianos en campo colombiano, se convierte en un fugaz contragolpe que termina en el gol de Falcao García, en el último suspiro del partido.



Gana Colombia gracias a la soberbia ejecución de un contragolpe de libro: dos jugadores abiertos, otro corre por el centro, en tres toques trasladan la pelota del propio campo al área rival. Todo ejecutado bien y a gran velocidad. En este caso, se trató de un recurso de último minuto que salió bien. La pregunta es: ¿Se puede jugar permanentemente así y ganar?
Menotti cree que no y critica a la selección argentina por pretender establecer el contragolpe como sistema. También establece una oposición entre jugar a los toques, como hace España y el Barcelona, y jugar a la carrera para ganar el partido con individualidades, como cree él que juega Argentina. De hecho, privilegiar el triunfo por encima de cualquier cosa, dice Menotti, llevó a la prensa a elogiar el triunfo sobre Chile sin haber jugado bien.



El contragolpe argentino del primer gol de Higuaín también fue una obra maestra de la precisión.

Pero es notorio que el contragolpe ayuda a ganar partidos, pero no campeonatos. El juego elaborado, la repetición de toques que llevan la pelota de un lado a otro han caracterizado los éxitos de España y el Barcelona recientemente. Hay algunos (me entero de esto por Menotti) que califican ese juego de aburrido y anticuado. Quienes así piensa prefieren las jugadas de contragolpe, las veloces galopadas de los delanteros que terminan en gol. Y sí, son espectaculares y memorables (como el gol de Ronaldo al Compostela, como bien recuerda Diego Torres hoy en El País).



Pero es lógico que el equipo que juega al contragolpe depende más del azar, controla menos el juego, regala la pelota al rival. Es una cuestión de tiempo: para marcar un gol de contragolpe se necesitan unos cuantos segundos. Pero el partido tiene 90 minutos. ¿Qué hacer el resto del partido? De ahí, la fragilidad de los equipos que eligen el contragolpe por sistema.
Dominar el balón, tocarlo con precisión una y otra vez hasta llegar frente al portero puede desesperar a algunos (a los ansiosos), pero es la fórma que por ahora, y desde hace algunos años, más bonita de ser eficaz. Como dice Menotti, ser rápido no es ser necesariamente moderno.

1 comentario:

  1. El contragolpe es el arma más eficaz de los equipos que se sienten inferiores. Los equipos de Luis Aragonés se caracterizaron siempre por la utilización de esa estrategia atacante. Eran mortales las salidas al contragolpe de su Atlético o su Valencia. Pero al llegar a la selección cambió su estilo por el juego de toque. Lo contrario hubiese supuesto desperdiciar tanto talento. Casualmente, fue entonces cuando logró sus mayores triunfos como entrenador. Abrazos.

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