Pasados los fastos del desfile de la independencia, quedan los restos de un país, de una sociedad, prensa incluída, insertos ya para mucho tiempo en la lógica de la violencia y la guerra. Las imágenes que se difunden en los periódicos son los de un pueblo volcado con sus fuerzas armadas. Lo que viene, eso es lo que preocupa. No hay mucho espacio para el optimismo luego de ver a la prensa al unísono en un canto de alabanza del poderío militar. Nos esperan largas décadas de oscuridad militarista.
viernes, 17 de septiembre de 2010
Lo que viene
Pasados los fastos del desfile de la independencia, quedan los restos de un país, de una sociedad, prensa incluída, insertos ya para mucho tiempo en la lógica de la violencia y la guerra. Las imágenes que se difunden en los periódicos son los de un pueblo volcado con sus fuerzas armadas. Lo que viene, eso es lo que preocupa. No hay mucho espacio para el optimismo luego de ver a la prensa al unísono en un canto de alabanza del poderío militar. Nos esperan largas décadas de oscuridad militarista.
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