domingo, 22 de enero de 2012

"Al otro, pisalo"



Llevamos cuatro o cinco días viendo una y otra vez, repetida por todas partes, la imagen en la que Pepe que le pisa la mano a Messi. La escena ha producido indignación y ha levantado buena dosis de polémica. En un partido de fútbol es común que se produzcan escenas de rudeza, a veces extrema, en la disputa de la pelota. Pero hay dos razones por las que me parece han vuelto especialmente acerba la polémica.

La primera es el nombre de los involucrados y la magnitud del encuentro. Los antecedentes juegan en contra de Pepe, jugador que ya alguna vez ha agredido arteramente a varios contrarios. Encima, Pepe agredió al que quizá sea el futbolista más popular y simpático del momento, y quizá del futbol moderno. Si esto no bastara, la escena se produce justo en la enésima edición del clásico Real Madrid-Barcelona en menos de un año; es de sobra conocido que en los enfrentamienos anteriores menudearon los roces y las agresiones (verbales y físicas). Vaya que Pepe no podría haber escogido peor momento y peor oponente para envalentonarse, que es finalmente lo que hace, y tratar de amedrentar al adversario. La segunda agravante consiste en la agresión se produce estando Messi tirado en el suelo, sin estar en disputa la pelota. Es decir, más indefenso no podía estar el de por sí frágil jugador argentino. Estas agravantes han magnificado lo que ya de suyo es grave: Pepe pisó deliberdamente a Messi y el árbitro debería haberlo expulsado por ello. Es posible, entonces, que la polvareda que se ha levantado sea un poco exagerada.

El día de hoy sucedió una escena parecida en el partido Manchester City-Tottenham. El video ilustra estas líneas. De nuevo las imágenes son impresionantes porque Balotelli tropieza con la cabeza de Parker, tirado en el suelo, y cuando parece que la cosa terminará en ese choque accidental, el italiano acierta a pisar la cabeza de su oponente. Balotelli se da cuenta de inmediato de lo que ha hecho y se acerca a pedir disculpas. Debía ser expulsado de todas maneras porque da la impresión de que lo hace deliberadamente o de que al menos podría haber evitado ese último movimiento. Lo descorcentante sucede a continuación: Parker, luego de un momento, se levanta (algo mareado, eso sí) y sigue el partido como si nada y ni él ni nadie del Tottenham va a reclamarle al delantero por su agresión.

Sospecho que, si bien el foul de Balotelli generará bastante polémica, ésta será algo menor a la que el pisotón de Pepe ha levantado. La razón se halla, creo, en que Balotelli disputa la pelota y si bien el segundo pisotón en la cabeza de Parker pudo no ser accidental más parece una acción de extrema torpeza (que, insisto, merecía sanción de roja) de un jugador excéntrico "pero no mal intencionado".

Estas dos acciones recuerdan las diferencias entre las dos ligas: en España parece haber una extrema sensibilidad a las acciones bruscas y en nombre de un ideal del deportivismo. Es posible imaginar que lo de Balotelli generaría una animadversión eterna contra él. La intuición dice que en Inglaterra, pese a las protestas esperables, la acción se diluya entre muchas otras que sucede en una liga donde predomina el juego extremadamente físico.

Muy distinta es la actitud de quien pronunció las palabras que encabezan estas líneas. Todos recordamos a Bilardo y su peculiar manera de entender el espíritu deportivo. "Al otro, pisalo", significa desconocer al otro como oponente y verlo como enemigo. Me parece que la acción de Balotelli, dadas las circunstancias, está lejos del bilardismo.

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