
Bien podría resumirse así la actitud de Marcelo Bielsa a la hora de explicar su decisión de alejarse del seleccionado chileno. El técnico que llevó a Chile de nuevo a un mundial en 2010, luego de 12 años de ausencia -jugando de manera eficaz y brillante y administrando un equipo lleno de talento- simplemente se niega a colaborar con el nuevo gobierno neoliberal y proempresarial de Sebastián Piñera en Chile. Por los
detalles revelados, estamos frente a una confabulación empresarial y política para controlar el negocio del futbol. Ya Bielsa se había mostrado inconforme por la manipulación que el gobierno de Piñera quiso hacer de los triunfos de
la roja en Sudáfrica, postura firme que contrasta con el servilismo de un Aguirre que se comportó, en México, siempre como un ministro oficioso del futbol saliendo en la tele siempre que se lo pidieron junto a Calderón (aunque al principio Aguirre
pensara lo contrario). Así que no se trata solamente de un "caso chileno". El control empresarial y político del futbol funciona en México desde hace más de treinta años. Por eso, una de las razones que hizo públicas Bielsa para irse fue que, con el nuevo presidente del ANFP, el futbol chileno se iba parecer más al mexicano, sistema que Bielsa conoce muy bien por dentro luego de su paso por Atlas y América. La lógica neoliberal está ahogando al futbol y hay gente como Bielsa a la que alguna vez se el ocurre decirle que no.
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